Escrito por Micah Dorfner, Relaciones Públicas de Mayo Clinic
¿Sabía usted que la obesidad se considera una enfermedad crónica? Además, la obesidad constituye una epidemia nacional. Los Centros para el Control de Enfermedades dicen que más del 33 por ciento de adultos estadounidenses (sobre 78 millones de personas) es obeso. La obesidad se define como un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más.
“No es ningún secreto que uno puede subir de peso fácilmente, pero suele tener más dificultades para perderlo. A pesar de la influencia genética y hormonal sobre el peso corporal, la obesidad se presenta cuando uno ingiere más calorías de las que consume mediante el ejercicio y las actividades cotidianas”, explica la Dra. Seanna Thompson, especialista en ginecología y obstetricia del Sistema de Salud de Mayo Clinic. “El cuerpo almacena esas calorías adicionales como grasa, y a medida que las células grasas se acumulan, igual lo hacen los kilos que uno diariamente lleva a cuestas”.
Existe una vinculación entre obesidad y riesgos importantes para la salud. La obesidad se vincula con docenas de enfermedades crónicas, entre ellas, la diabetes tipo 2. Además, el exceso de peso y la obesidad están vinculados a varios tipos de cáncer, tales como tumores de los órganos reproductores femeninos, igual que a ciertos problemas ginecológicos como infertilidad y menstruaciones irregulares.
Desde la perspectiva de la salud femenina, mantener un peso sano puede reducir significativamente el riesgo de padecer afecciones mortales. Los estudios demuestran que una pérdida de peso modesta (entre 3 y 5 por ciento del peso corporal) mejora significativamente muchas afecciones.
Por otro lado, la obesidad también puede repercutir sobre la calidad de vida. Los problemas relacionados con el peso pueden incitar autoestima baja, aislamiento social y reducir las actividades de las que normalmente uno disfruta.
Si usted ya ha intentado perder peso por sí mismo sin mucho éxito, existen otras alternativas para tratar de la obesidad, incluido la cirugía y los medicamentos para perder peso. Entre los medicamentos autorizados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos están:
Sin embargo, tenga presente que los medicamentos para perder peso deben administrarse conjuntamente con cambios en la alimentación, en el patrón de ejercicio y en el comportamiento, no en reemplazo de éstos. Si no se realizan esos otros cambios en la vida, los medicamentos posiblemente no surtan efecto.
“Es importante controlar la ingesta alimentaria e incorporar actividad física de manera regular para lograr que el éxito sea duradero. Consulte con el proveedor de atención médica respecto a los riesgos, posibles ventajas y cuál solución para perder peso es la mejor para usted”, concluye la Dra. Thompson.
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