ROCHESTER, Minnesota — 5 de agosto de 2013. No se puede planificar ni delinear un mapa del sufrimiento por la pérdida de un ser querido, aunque en algún momento se creyó que el dolor seguía un patrón fijo de cinco etapas. Sin embargo, ahora se sabe que el sufrimiento es mucho más complicado. La edición de julio de Mayo Clinic Health Letter trata sobre los sentimientos y síntomas físicos normales del sufrimiento, las maneras de lidiar con la situación y los indicativos de cuándo sería provechoso ofrecer ayuda profesional.
Los primeros días después de una gran pérdida, muchas personas dicen que se sienten entumecidas. A medida que esa sensación de entumecimiento se desvanece, la gente suele experimentar sentimientos más intensos y dolorosos. Pueden surgir síntomas físicos, tales como malestar estomacal, pérdida del apetito, opresión en el pecho, problemas para dormir, agotamiento y dificultad para respirar. Durante varias semanas y meses, posiblemente se produzcan olas de angustia que abarcan desasosiego, ansiedad e ira; pero con el transcurso del tiempo, este proceso normal se apacigua y empieza la aceptación.
Entre las alternativas para sobrellevar el sufrimiento están las siguientes:
Compartir la experiencia, puesto que puede ser útil hablar con un amigo cercano o con algún familiar.
Escribir sobre los sentimientos de uno, en forma de una carta al ser querido o mediante un diario, como una manera de compartir recuerdos gratos o lamentar lo que nunca se dijo.
Cuidar de uno mismo, porque la actividad física diaria, la alimentación sana y el tiempo invertido en amigos o placeres físicos como los baños de tina, los masajes y hasta las siestas, pueden aliviar la aflicción.
Los grupos de apoyo, porque ese sentimiento de soledad disminuye cuando se comparte la experiencia dolorosa; además, el grupo puede ser una fuente de consejos prácticos.
No obstante, algunas personas pueden requerir ayuda profesional mientras atraviesan por el dolor. Cuando alguien no puede dejar de pensar en la muerte y sus circunstancias, es señal de que necesita ayuda experta. El médico de cabecera es la primera persona a quien se debe recurrir. El tratamiento podría incluir la administración de medicamentos para mejorar el sueño y aliviar la ansiedad, o remitir al paciente a un consejero o terapeuta.
ROCHESTER, Minnesota — A pesar de que no exista un tratamiento "talla única" para la comezón constante, la edición de julio de Mayo Clinic Health Letter dice que hay terapias eficaces para la mayoría de estos tipos de comezón constante.
Una comezón puede deberse a cientos de causas. De manera general, existen problemas de la piel que causan sarpullidos con picor y problemas internos que no suelen conllevar sarpullido. La comezón que se presenta con sarpullido puede obedecer a sequedad de la piel, reacciones alérgicas, trastornos de la piel o alguna enfermedad infecciosa, como la varicela o el herpes zóster.
Los tratamientos incluyen lo siguiente:
Medicamentos, como los antihistamínicos orales, que alivian la comezón fruto de las alergias o de la urticaria. Los corticosteroides ayudan con la comezón debida a la inflamación de la piel.
Apósitos húmedos, que consisten en telas de algodón húmedas que se colocan sobre la zona donde primero se aplicó una crema medicada. Este método generalmente es eficaz cuando otras terapias no surten efecto.
Fototerapia, en la que se expone a la piel a luz ultravioleta de ciertas longitudes de onda varias veces por semana, durante el transcurso de algunas semanas o meses.
La comezón que se presenta sin sarpullido puede derivar de ciertas enfermedades (enfermedad del hígado, insuficiencia renal, anemia, algunos tipos de cáncer y muchas otras afecciones), de medicamentos (narcóticos para aliviar el dolor y algunos medicamentos para el cáncer), así como de una disfunción nerviosa (pinzamiento o irritación de los nervios).
El tratamiento de la enfermedad subyacente puede brindar alivio, igual que realizar ajustes en los medicamentos. Los antidepresivos pueden ayudar cuando las demás terapias no surten efecto.
La mayoría de comezones responde bien al tratamiento, aunque el alivio puede no ser inmediato. Varias cremas y ungüentos de uso tópico alivian la comezón de forma inmediata; entre las alternativas están los anestésicos tópicos, como la lidocaína o la benzocaína y los ungüentos, y las lociones como las de hierbabuena, alcanfor o calamina.
Si la comezón persistiera, lo mejor es consultar con el médico para obtener un diagnóstico y el tratamiento correspondiente. La comezón constante puede conducir a insomnio, ansiedad, depresión o inferior calidad de vida. La comezón prolongada y las rascaduras pueden aumentar la intensidad de la picazón, conduciendo a una afección conocida como líquen simple crónico, en la que la piel se engrosa, endurece y torna más difícil de tratar.
ROCHESTER, Minnesota — Más del 50 por ciento de los hombres de 60 años experimentan los síntomas del agrandamiento de la glándula prostática. Al añadir una o dos décadas más a la edad, casi todos los hombres experimentan síntomas, tales como chorro débil de orina, dificultad para empezar a orinar, micción interrumpida en la que la orina se detiene y vuelve a salir, y la necesidad urgente de orinar.
La edición de julio de Mayo Clinic Health Letter trata sobre los cambios de la glándula prostática propios de la edad y la manera de encontrar alivio a lo que técnicamente se conoce como hiperplasia prostática benigna.
La glándula prostática se encuentra justo debajo de la vejiga y rodea la uretra, a través de la cual sale la orina del cuerpo. Después de la pubertad, la glándula prostática alcanza el tamaño de una nuez; pero según los hombres envejecen, la glándula prostática puede crecer y presionar sobre la uretra, interfiriendo con el flujo de orina.
Los hombres con agrandamiento leve de la glándula prostática y que apenas muestran síntomas posiblemente no requieran tratamiento de inmediato. Los estudios han demostrado que hasta una tercera parte de los casos leves se soluciona sin tratamiento.
Sin embargo, cuando se requiere tratamiento, éste se centra en disminuir los síntomas problemáticos y recuperar el funcionamiento normal de las vías urinarias. Existen varias alternativas medicamentosas para los hombres con síntomas entre leves y moderados, entre ellos:
Alfa bloqueadores, que son fármacos que relajan los músculos del cuello de la vejiga y las fibras musculares de la próstata. Los alfa bloqueadores ayudan a aumentar el flujo de la orina y reducir la necesidad de orinar con frecuencia. Los medicamentos dentro de esta categoría son la terazosina, la doxazosina, la tamsulosina, la alfuzosina y la silodosina.
Inhibidores de la enzima (5-alfa-reductasa), que son medicamentos para encoger el tejido prostático y generalmente funcionan mejor en las próstatas más agrandadas. Los medicamentos dentro de esta categoría incluyen la finasterida y la dutasterida. Alcanzar la máxima mejoría puede demorar meses.
Tadalafilo, medicamento para la disfunción eréctil que acaba de recibir autorización para el tratamiento de los síntomas de agrandamiento prostático.
Cuando los medicamentos no surten efecto o los síntomas son entre moderados y fuertes, la cirugía es la alternativa disponible y algunos hombres prefieren la reparación quirúrgica a diariamente tomar medicamentos. Todas las cirugías más conocidas extirpan el tejido prostático que obstruye el flujo de la orina. Algunos procedimientos plantean riesgos, entre ellos, perder el control sobre la vejiga e impotencia.
Las alternativas quirúrgicas incluyen las siguientes:
Resección transuretral de la próstata, que consiste en un procedimiento para abrir el canal hasta la próstata a fin de aliviar la obstrucción. Poco después de la operación, la mayoría de hombres tiene un chorro más fuerte de orina. Esta operación requiere una permanencia corta en el hospital. Existe la posibilidad de que sea necesario repetir el tratamiento después de cinco a siete años.
Extirpación abierta de la próstata (prostatectomía simple), que consiste en la extracción de la porción interna de la próstata, bien sea a través de una incisión en la parte inferior del abdomen o de aberturas más pequeñas cuando se realiza mediante laparoscopía o cirugía asistida por robot. La recuperación requiere varios días de internamiento en el hospital y llevar colocada una sonda urinaria por una o dos semanas.
Terapias de invasión mínima, que son procedimientos que utilizan distintas formas de calor o energía para encoger o extirpar el tejido prostático excesivo que rodea la uretra, o para agrandar la abertura desde la vejiga. En Mayo Clinic, estos procedimientos normalmente se realizan como cirugías ambulatorias. Los síntomas suelen mejorar de inmediato y el riesgo de efectos secundarios es menor al de la resección transuretral de la próstata.
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