
ROCHESTER, Minnesota: Los científicos de Mayo Clinic desarrollaron una manera exacta de medir un factor circulante, conocido como GDF11, para entender mejor su posible repercusión sobre el proceso del envejecimiento. Descubrieron que los niveles de GDF11 no descienden con la edad cronológica, sino que se relacionan con señales de edad biológica avanzada, entre las que se incluye a las enfermedades crónicas, la fragilidad y el mayor riesgo operatorio de los ancianos con enfermedad cardiovascular. Los resultados se publican en Cell Metabolism (Metabolismo Celular). “El envejecimiento es el principal factor de riesgo para la mayoría de enfermedades crónicas y, por ello, es importante identificar y entender los biomarcadores — o indicadores — corporales que se vinculan con ese proceso”, explica el Dr. Nathan LeBrasseur, director del Programa de Vida Sana e Independiente del Centro para el Envejecimiento Robert y Arlene Kogod de Mayo Clinic y autor experto del estudio. “La función del GDF11 como biomarcador del envejecimiento y su conexión con las afecciones propias de la edad ha sido muy contradictoria debido, en parte, a la dificultad de medirlo; pero ahora, hemos desarrollado una nueva manera exacta y eficaz de medir el GDF11”, añade el doctor. Un problema de las mediciones anteriores era diferenciar entre los niveles circulantes de GDF11 y los de una proteína sumamente relacionada con ella: la miostatina. A fin de superar esa dificultad, los científicos del Centro para el Envejecimiento desarrollaron una valoración cuantitativa sumamente precisa que puede distinguir entre las características de la secuencia de aminoácidos o “huellas dactilares” del GDF11 y la miostatina.
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