
PHILADELPHIA, Pennsylvania: Un equipo de científicos de Mayo Clinic identificó con éxito la fuente del cáncer en el tracto gastrointestinal de los pacientes, mediante el análisis de los marcadores de ADN en el tumor. Los resultados crean la posibilidad de que los médicos puedan algún día detectar el cáncer en cualquier parte del cuerpo con un examen de sangre o una muestra de heces, sin necesidad de recurrir a métodos invasivos. Si estos exámenes comprueban que son prácticos y factibles, serían de gran conveniencia para los pacientes y salvarían vidas al permitir diagnosticar pronto el cáncer, especialmente en los casos raros y generalmente mortales como los de cáncer de páncreas o cáncer de pulmón. Los resultados de los científicos fueron presentados mediante póster el 21 de abril durante la reunión anual 2015 de la Asociación Americana para Investigación sobre el Cáncer en Philadelphia, por el Dr. John Kisiel, gastroenterólogo de Mayo Clinic. “Lo fascinante de nuestro descubrimiento es que permite dejar de pensar en detectar los órganos y, en su lugar, empezar a pensar en detectar a las personas”, comenta el Dr. Kisiel. “Hasta donde sabemos, esta es la primera serie de experimentos que muestra este concepto”. El Dr. Kisiel y sus colegas estudiaron a pacientes sin cáncer y a pacientes con cáncer de colon o páncreas. A través de la recolección e identificación del ADN metilado en un examen de sangre, los científicos lograron identificar la presencia y origen de las células cancerosas con aproximadamente 80 por ciento de exactitud. “En base a los datos obtenidos, creemos que un examen de sangre podría funcionar en el futuro”, anota el Dr. Kisiel. Los científicos revisaron nuevamente los resultados a través del examen del ADN metilado en muestras tisulares e identificaron el origen del tumor con más de 90 por ciento de exactitud. “A pesar de que nuestro trabajo muestre una precisión muy alta, no se puede realizar un examen de detección en tejido porque no es posible tomar biopsias de todos los tejidos a la vez, pues eso no sería nada práctico”, explica el Dr. Kisiel.
ESTIMADA MAYO CLINIC: Después de mi mamografía anual del año pasado, la doctora me dijo que tengo mucha densidad mamaria y sugirió que este año también me realizase una prueba llamada imágenes moleculares de las mamas. ¿Cuál es la diferencia entre ese examen y la mamografía? ¿Por qué lo necesito? Cumplí 45 años y no tengo antecedentes de problemas mamarios. RESPUESTA: Las imágenes moleculares de las mamas son una tecnología nueva, capaz de revelar tumores en el tejido mamario denso que la mamografía no detectaría. Un estudio reciente descubrió que en las mujeres con densidad mamaria, las imágenes moleculares de las mamas aumentaron considerablemente la tasa de detección del cáncer de mama invasivo. Por ello, para alguien como usted que tiene densidad mamaria y aunque no haya enfrentado problemas antes, las imágenes moleculares de las mamas pueden ser útiles, sumadas a la mamografía anual. Las mamografías son imágenes radiológicas de las mamas que desempeñan una función importante en la detección temprana del cáncer de mama y ayudan a reducir los fallecimientos por esa causa. Desde hace mucho, las mamografías son el examen estándar para detectar anomalías mamarias. Las imágenes moleculares de las mamas no pretenden reemplazar a las mamografías anuales, sino que deben utilizarse como un medio adicional de descubrir tumores difíciles de encontrar en tejidos mamarios densos. En la típica imagen en blanco y negro de la mamografía, tanto el tejido mamario denso como los tumores invasivos pueden aparecer de color blanco, dificultando su respectiva distinción. Las imágenes moleculares de las mamas son diferentes porque, antes del examen, se administra una inyección de una sustancia llamada rastreador radioactivo que los tumores de mama invasivos absorben más que los tejidos normales, independientemente de la densidad mamaria.
JACKSONVILLE, Florida: Cuando la gente se entera, normalmente a través de una exploración diagnóstica realizada por otro motivo, que tiene una lesión en el páncreas capaz de transformarse en cáncer pancreático, entra en pánico e insiste en someterse frecuentemente a exploraciones por tomografía computarizada y biopsias para controlarla, o averigua si requiere cirugía. Debido a que los médicos tampoco saben si esas anomalías son peligrosas, los pacientes a menudo terminan sometiéndose a una cirugía para extirpar parte del páncreas, aunque generalmente no haya nada que temer de la lesión. Un equipo internacional de médicos, dirigidos por investigadores de la sede de Mayo Clinic en Jacksonville, Florida, desarrolló un perfil de los pacientes que tendrían el mayor riesgo de desarrollar lesiones que más probablemente se convertirían en cáncer. El análisis se publicó por internet en la revista Digestive and Liver Diseases (Enfermedades Digestivas y Hepáticas). “Los factores que consideramos aumentan el riesgo de cáncer pancreático ahora nos permiten separar a los pacientes entre alto y bajo riesgo”, comenta el autor experto del estudio, el Dr. Michael B. Wallace, gastroenterólogo de Mayo Clinic. “En los pacientes de alto riesgo, luego se puede realizar exploraciones y biopsias con más frecuencia, u optar por la cirugía; mientras que los pacientes de bajo riesgo no requieren ese tipo de vigilancia, sino que pueden observarse con mucho menos intensidad”.
ROCHESTER, Minnesota: Los recientes análisis genómicos a gran escala revelaron docenas de variantes genéticas comunes que se vinculan con el cáncer de mama, pero cada variante contribuye sólo ínfimamente al riesgo general de desarrollar la enfermedad. Un equipo de científicos internacionales, dirigido por Mayo Clinic, ahora combinó 77 de esas variantes genéticas comunes dentro de un solo factor de riesgo, el mismo que puede servir para identificar mejor a las mujeres con mayor riesgo de cáncer de mama. Este factor, conocido como puntuación poligénica del riesgo, nació de los datos genéticos de más de 67 000 mujeres. Los resultados de la investigación se publicaron el 9 de abril de 2015 en la Revista del Instituto Nacional del Cáncer (JNCI, por sus siglas en inglés). Otro estudio acompañante amplió este resultado para mostrar que se puede combinar la medida de la variación genética con predictores tradicionales del riesgo de cáncer de mama, tales como densidad mamaria y antecedentes familiares, a fin de obtener mejores cálculos personalizados sobre el riesgo de cáncer de mama. Esos resultados se publicaron en la JNCI el mes pasado. “Este factor de riesgo genético añade información valiosa al conocimiento ya existente sobre lo que altera la probabilidad de las mujeres de desarrollar cáncer de mama”, comenta la coautora del estudio, Dra. Celine Vachon, epidemióloga de Mayo Clinic. “Actualmente se desarrolla un examen en base a estos resultados, que si bien todavía no está listo para uso clínico, creo que dentro de pocos años servirá como medio para personalizar la detección y las tácticas de prevención para las pacientes”.
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